Los conflictos son parte de nuestra vida y una gran fuente de aprendizaje. Tener conflictos significa estar vivo, y lo saludable es aprender a manejarlos, principalmente porque algunos son inevitables. Lo que sí es evitable son las consecuencias negativas de los mismos.
A la hora de hablar para resolver el conflicto ten en cuenta lo siguiente:
- · Cuida la comunicación no verbal: mira a los ojos cuando hables, muéstrate próximo.
- · Hacer una petición no una exigencia a la hora de cubrir las necesidades.. Piensa que tienes respeto por el otro y empuja a la cooperación.
- · Hacer preguntas y sugerencias, no acusaciones. Con esto solo se consiguen actitudes de ataque y defensa que impiden llegar a soluciones.
- · No adivinar el pensamiento del otro. Preguntar.
- · Hablar de lo que el otro hizo, no de lo que es. El objetivo es cambiar conductas y una etiqueta nunca lleva al cambio.
- · Céntrate en el tema que se esté tratando durante la discusión. No saques a relucir temas pasados.
- · Plantea los problemas, no los acumules. El resentimiento te hará explotar en el momento menos oportuno.
- · Escucha al otro cuando habla, no lo interrumpas.
- · Acepta las responsabilidades propias. No le echar toda la culpa al otro.
- · Ofrecer soluciones. Tratar de llegar a un acuerdo.
- · Hacer ver al otro que lo ha entendido, repitiéndola frase del discurso que
- · refleje sus peticiones y sobre todo destaca aquello en lo que está de acuerdo.
- · piensa de la misma forma. Expresa también lo que te agrada del otro.


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